Entre el verde agua del mar y el azul claro del cielo, dejo en total libertad, volar a mis pensamientos. Remontan hasta las nubes, buscando en el horizonte, un beso que hayas dejado y traiga escrito mi nombre.
Son gaviotas solitarias que otean desde la altura, entre las nubes, que pintan tu cara, ... (se me figura). Ésas, que los vientos mecen y que osadas y atrevidas desafían al sol radiante, robándome sus caricias.
Cuando bajan de las nubes, se sumergen en las aguas rebuscando entre las olas, un suspiro de tu alma o un deseo incontrolado que huyendo de tu mirada, se te hubiera escapado, anoche cuando soñabas.
Se hunden aún más profundo, y escudriñan en las algas, cuando ya el sol del ocaso, nos dice su “hasta mañana”.
Y al retornar a mi mente de su busca fracasada, advierten mi desencanto, pues vuelven y no traen nada.
marila
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