SI YO TE CONTARA...

  Sentada en el bordillo del muro,
que separa el paseo de la arena dorada,
la dama de porte noble y elegante
hacia el horizonte su cara elevaba.

Parecía mirar atenta a la lejanía,
quizás recordaba vivencias pasadas,
más tenía los ojos cerrados y nada veía,
un aire de ensueño pintado en su cara.

Su cabeza vestida y tocada de otoño
y su piel con señales de años marcados,
no habían logrado ocultar la belleza
que la naturaleza le había regalado.

Entornó sus ojos y miró hacía mí
cuando se sintió de pronto observada,
me sentí curioso por saber quién era
y como si intuyera me dijo, con una mirada.

Si yo te contara de mis rizos de oro
y de la tersura de mi piel y mi cara,
de la untuosidad de mis labios rojos,
el brillo que tenían mis ojos esmeralda.

Si yo te contara de mi talle de junco,
de la turgencia de mis senos de nácar,
de la redondez de aquellas caderas
cuando al caminar las contoneaba.

Si yo te contara de mi cuello de cisne
y de aquel bailoteo de manos aladas,
de mis andares de gacela joven,
y del perfume que al pasar dejaba.

Si yo te contara cuántos  hombres,
se perdieron en el vuelo de mis faldas,
de cuántos amantes llegué a esconder
entre los pliegues de aquellas enaguas.

Si yo te contara cuántos años vivido,
y cómo se han ido ya, como si nada,
tesoro valioso que son mis recuerdos
Si yo te contara... si yo te contara.
     marila

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