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Y REGRESÉ SIN VERTE
 
Se me cayó el alma a los pies, aquella tarde,
que me quedé esperando tu llamada,
el corazón poco a poco se hizo añicos
y tu desprecio los pisoteó como si nada.
has decidido por tu cuenta, ya no más,
y de tantas maneras para decir adiós,
has elegido la que más me iba a dañar.
 
Sentí tu bofetón allí donde más duele
mientras un nudo atenazaba mi garganta,
mis ilusiones se fueron desmoronando
cuando, "el verte" huyó por la ventana
¿nada me merezco? ¿tan poco valgo?
si sólo con oír tu voz me conformaba
 alguna vez, ¿llegué a pedirte algo?
 
Miré sin ver, con los ojos de mar llenos 
en la estación que de ti me separaba,
el deambular de gentes y equipajes
y los trenes que se iban y llegaban,
recordé otra estación y otra partida,
pero tú eras entonces quien marchaba
y yo la que desde allí te despedía.
 
Tomé los trozos esparcidos de mi alma
y el roto corazón que me quedaba,
los guardé en un bote con tu nombre, 
que para ti con cariño, un día decorara,
y que tú, fríamente a la cara me has tirado.
Sentí que la vida de nuevo me asestaba,
sin piedad otro golpe de tu mano.

                                                        marila

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